Las alteraciones auditivas son frecuentes en niños con fisura labiopalatina. Un diagnóstico temprano, controles periódicos y tratamiento oportuno marcan la diferencia en su desarrollo del lenguaje y la calidad de vida.
En Cleft entendemos que el tratamiento de la fisura labiopalatina va mucho más allá de la cirugía. Una de las áreas clave para asegurar un desarrollo adecuado del lenguaje y la comunicación es la audición, un aspecto que muchas veces pasa desapercibido pero que tiene un impacto profundo en el bienestar de nuestros pacientes.
Los niños con fisura palatina, especialmente cuando esta compromete el paladar blando, tienen una alta probabilidad de presentar otitis media con efusión —una acumulación de líquido en el oído medio sin signos de infección aguda. Esta condición puede generar hipoacusia conductiva, es decir, una disminución de la audición que, si no se trata a tiempo, puede afectar el desarrollo del habla, el rendimiento escolar y la interacción social.
Por eso, en Cleft realizamos un seguimiento sistemático de la audición de nuestros pacientes desde etapas tempranas. Los primeros controles auditivos suelen realizarse durante el primer año de vida, y luego se repiten periódicamente dependiendo de los hallazgos. Exámenes como la timpanometría, las otoemisiones acústicas y la audiometría nos permiten detectar a tiempo cualquier alteración.
Cuando se detectan dificultades auditivas persistentes, uno de los tratamientos más utilizados es la instalación de tubos de ventilación (colleras), pequeños dispositivos que se colocan quirúrgicamente en el tímpano para permitir la aireación del oído medio y evitar la acumulación de líquido. Esta intervención suele realizarse junto con otras cirugías del tratamiento de fisura, como la que cierra el paladar, para reducir la cantidad de procedimientos bajo anestesia general.
La audición no solo es importante para oír sonidos, sino también para aprender a hablar, para adquirir vocabulario, para integrarse en el juego y en la escuela. En cada etapa del tratamiento, nuestro equipo evalúa si el niño está escuchando bien, si responde adecuadamente a estímulos auditivos, y si necesita apoyo adicional en estimulación o lenguaje.
Desde Cleft abordamos estos desafíos de manera integral, coordinando el trabajo entre fonoaudiólogos, otorrinolaringólogos y pediatras, con un enfoque centrado en el paciente y su familia. Queremos que cada niño tenga las herramientas necesarias para desarrollarse plenamente, y eso incluye poder escuchar con claridad el mundo que lo rodea.
Invitamos a todas las familias a mantener sus controles al día y a consultar ante cualquier duda sobre la audición o el lenguaje. Escuchar bien es un paso fundamental para comunicar, aprender y vivir mejor.