La mayoría de los casos de fisura labiopalatina son esporádicos y no están relacionados con antecedentes familiares. Descubre qué factores influyen y cómo podemos apoyar a las familias.
La fisura labiopalatina es una de las malformaciones congénitas más comunes en el mundo, afectando aproximadamente a 1 de cada 700 recién nacidos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que, en el 90% de los casos, esta condición no tiene una causa genética directa.
¿Qué significa que sean casos esporádicos?
La mayoría de los casos de fisura labiopalatina son esporádicos, es decir, ocurren sin un patrón hereditario claro. Esto significa que, aunque hay un pequeño porcentaje de casos asociados a síndromes genéticos (como el síndrome de Van der Woude o el síndrome de Pierre Robin), la gran mayoría no está relacionada con antecedentes familiares.
Factores de riesgo no genéticos
Varios factores ambientales y de desarrollo pueden influir en la aparición de la fisura labiopalatina. Algunos de los más estudiados incluyen:
- Deficiencias nutricionales: La falta de ácido fólico durante el embarazo es uno de los factores más conocidos. Estudios han demostrado que las mujeres que toman suplementos de ácido fólico antes y durante el embarazo reducen significativamente el riesgo de malformaciones congénitas.
- Exposición a sustancias nocivas: El consumo de tabaco, alcohol o ciertos medicamentos durante el embarazo puede aumentar el riesgo.
- Infecciones maternas: Algunas infecciones durante el embarazo, como la rubéola, pueden interferir con el desarrollo fetal.
- Edad avanzada de los padres: Algunos estudios sugieren que la edad avanzada de los padres puede ser un factor de riesgo, aunque no es determinante.
El papel de la genética
Aunque la mayoría de los casos no son hereditarios, en el 10% restante, la fisura labiopalatina puede estar asociada a síndromes genéticos. Por ejemplo, el síndrome de Van der Woude es una de las causas genéticas más comunes y se caracteriza por la presencia de fisuras y pequeñas hendiduras en el labio inferior.
Tratamiento y esperanza
La buena noticia es que, independientemente de la causa, la fisura labiopalatina es una condición tratable. Con un enfoque multidisciplinario que incluye cirugía, terapia del habla y apoyo psicológico, los niños pueden llevar una vida plena y sin limitaciones.
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